Basta de límites, derribando mitos! Ejemplo a imitar

Amigos… no para obtener reconocimientos de héroes ni aplausos, ciertas personas con discapacidades diversas afrontan bastos desafíos que no siempre tienen que ver con lo técnico o tecnológico sino más bien con aquellos tabúes, mitos o prejuicios que sobrevuelan en el inconciente colectivo, y que merecen por ende ser derribados en forma inmediata: una persona con discapacidad no puede conducir un automóvil, menos aún, conseguir su licencia de conductor.

Un madrileño de 33 años, cuyo nombre es David ha sido el primer europeo en poder conducir un automóvil con los pies.

Claro es que el examen para obtener la licencia de conductor pone a prueba los nervios del alumno más templado. Más aún si lo rodean cámaras de televisión, y preguntas incisivas de los periodistas.

David Rivas ha superado obstáculos mucho más duros que un examen, por difícil que este haya sido. Nació sin brazo derecho y con el izquierdo muy reducido como consecuencia de una agenesia congénita, pero aprendió a hacer los gestos básicos del día a día así como a desarrollarse y desenvolverse en su vida cotidiana, valiéndose tan sólo para ello con el uso de sus pies. El camino de David para contar con su carnet de conducir ha sido toda una odisea que comenzó hace un año, cuando navegando en Internet descubrió una historia de otra persona con discapacidad llamada Juantxu, quien es un joven con distrofia muscular que puede conducir vehículos, gracias a un joystick. David pensó que a lo mejor tendría posibilidades igual que aquel y, animado por su pareja, se decidió a llamar a la autoescuela Irrintzi de Basauri, especializada en enseñar a conducir a personas con discapacidades.

El caso de David era un reto al que nunca se había enfrentado dicha escuela. Cuando toma contacto con aquella institución no creyeron sus directivos que David pudiera lograrlo. Al hacer las primeras maniobras a bordo del vehículo, el profe de David empezó a confiar en sus buenas posibilidades para concretar dicho reto, pero cuando aquel lo vio encender un cigarrillo utilizando  únicamente sus pies supo que su alumno sería capaz de hacer todo aquello que se propusiera superando así, sus propias limitaciones. Para facilitarle la conducción se instaló un sistema similar al joystick que ya habían utilizado para conducir otras personas con discapacidad, pero con la diferencia que esta vez los comandos estaban en el piso del auto. Es dable comentar, que con el pie izquierdo controla la velocidad y con el derecho mueve el volante. Un botón que lleva colgado en el cuello le sirve para activar los intermitentes o tocar la bocina. Es sorprendente como este simpático caballero puede ajustar o acomodar los espejos retrovisores habilidosamente solo utilizando los dedos de sus pies.

Si bien fue bastante complicada la adaptación de su vehículo, más lo fue convencer a los funcionarios de la DGT, Dirección General de Tránsito, que David era capaz de sentarse al volante con total seguridad. Es así que al profesor de David le costó más de un dolor de cabeza y horas de trámites, pero por fin logró demostrar que su alumno fue uno de los mejores conductores que había visto.

El proceso de aprendizaje le exigió un nuevo esfuerzo, pues debió pedir licencia en su trabajo para poder concurrir a dicha escuela. El curso ha sido muy intenso, con jornadas de tres horas de clase teórica y cuatro de prácticas. El resultado fue que este particular y especialísimo alumno aprobó el examen teórico con cero fallas. El afirma que haber obtenido el carnet de conducir, es el  pasaporte hacia la independencia y una meta alcanzada que hace un año parecía algo imposible, pues hasta ahora se movía por Madrid en transporte público o como copiloto, pero el poder conducir su propio automóvil, significó llevar una vida lo más convencional posible.

El caso de David es un ejemplo para mucha gente que al igual que aquel no se atrevían a sacar la licencia de conducir porque poseen diversas clases de discapacidades. Pero cierto es, y quienes padecen alguna de estas disfuncionalidades saben, y así lo sostienen, que “los retos están para ser superados”.

Amigos…por todo ello, no solo es dable destacar el afán de superación que tuvo nuestro amigo David, sino que el presente relato debiera servir de disparador para que similares circunstancias puedan cruzar el Océano Atlántico, me refiero por un lado a la propia superación de miedos y temores, tanto propios como de nuestros seres mas próximos, así como la implementación de escuelas de conducir en nuestro país que se capaciten en estas peculiares problemáticas, pero que con ingenio y creatividad igualen a las personas en el uso y goce de cualquier derecho, como en este caso, aprender, poder y hacerlo eficientemente, “conducir autónomamente un automóvil” ¡Anímense!

Por ello sigo insistiendo en que “EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS NO ES UN  MERO PRIVILEGIO”.

DRA. SILVINA COTIGNOLA, ABOGADA ESPECIALIZADA EN DISCAPACIDAD, SALUD Y FAMILIA.

smlcoti@hotmail.com.ar