”Discapacidad y maltrato”

A través de la historia se encuentran múltiples maneras de discriminar a las personas con discapacidad. En las sociedades antiguas era normal el infanticidio cuando se presentaban anormalidades en los niños y niñas, posteriormente la iglesia católica prohibió el infanticidio, pero dio a la discapacidad un origen sobrenatural, realizándose en algunos casos exorcismos a los niños y personas con discapacidad. En los años 70 la época de la socialdemocracia nazi se esterilizaba a las personas con discapacidad, aún sin su consentimiento. Con los avances de la medicina y la psicología poco a poco se les han restituido los derechos a las personas con discapacidad para recibir un trato igualitario y obtener oportunidades de tratamiento, de rehabilitación, de inclusión social.

En el año 2005 en la 58 Asamblea de la organización de las Naciones Unidas se elaboró un informe sobre discapacidad que planteo que en el mundo existen alrededor de 600 millones de personas con algún tipo de discapacidad y el 80% de estas personas viven en los llamados países en vías de desarrollo, donde las prestaciones de salud son más precarias y deficientes. Esta información no sólo obligará a los gobiernos a realizar políticas tendientes a mejorar las situaciones de discapacidad de sus ciudadanos, sino que deberá servir para que la gente del común reciba una sensibilización frente al tema que disminuya los índices de maltrato hacia las personas con discapacidad.

Pero para hablar de maltrato primero debemos saber ¿qué es el maltrato? Según el centro internacional de infancia de Paris es «cualquier acto por acción u omisión realizado por individuos, por instituciones o por la sociedad en su conjunto y todos los estados derivados de estos actos o de su ausencia que priven a los niños de su libertad o de sus derechos correspondientes y/o que dificulten su óptimo desarrollo».

¿Pero de qué manera se materializa el maltrato hacia las personas con discapacidad, en especial hacia los niños? En muchas ocasiones las situaciones de maltrato se dan desde el momento en que la familia se entera de la discapacidad del niño. Múltiples familias con personas con discapacidad, informan que es la actitud del médico pediatra o en su caso el personal de salud, quien les dio la noticia de la discapacidad de sus hijos, quienes marcaron la posterior aceptación de la discapacidad del mismo, en la mayoría de los casos de manera negativa, pues frases como «su hijo no sobrevivirá más de unos pocos años», «su hijo es un vegetal» son muy comunes en las historias relatadas por las familias manifestando que fueron dichas por aquellos. Esto para algunas madres y padres aguerridos significa un reto personal el de contradecir los fatales pronósticos de los médicos, pero para otros menos preparados para situaciones adversas de la vida, significa el aislamiento de su hijo, no brindarle oportunidades de tratamiento y en muchos casos recurrir al maltrato como una forma de manifestar la impotencia vivida ante la situación de enfermedad.

Otra manera en que se da el maltrato hacia las personas con discapacidad es en las instituciones de cuidado de los mismos. En muchas ocasiones dichas instituciones no realizan un control riguroso de las condiciones mentales de sus empleados, quienes al verse y sentirse en situación de poder frente a su paciente, abusan de él o lo maltratan. Es por eso indispensable realizar una exhaustiva selección de personal para asegurar que las personas que están a cargo del cuidado, enseñanza o atención de personas con discapacidad, no solo tengan los estudios y la preparación sino además las características humanas que le permitan atender con cariño y entrega las necesidades especiales de la población con la cual laboran.

Es importante resaltar que el maltrato no solo se realiza por acción sino también por omisión. La indiferencia hacia las personas con discapacidad es una forma de maltrato muy frecuente. Ignorar y desatender las necesidades del niño con discapacidad o al contrario la sobreprotección, son maneras de maltrato. Cuando a un niño con discapacidad, el padre o cuidador le hace todo, el niño se siente agredido pues lo están incapacitando más de lo que su enfermedad ya lo hace.

De igual manera la sociedad permanentemente vulnera los derechos de las personas con discapacidad, cuando se dejan llevar por los prejuicios y no aprenden ni conocen más acerca del tema, cuando se le niegan oportunidades de empleo y estudio a una persona, cuando las entidades construyen edificios inaccesibles a quienes viven con una discapacidad.

Son múltiples las maneras en las que se pueden vulnerar los derechos a los niños y personas con discapacidad, pero no obstante ello, hay innumerables modalidades para luchar contra el maltrato en las familias e instituciones.

La primer forma será la información. Cuando el personal médico se asesora adecuadamente que a pesar de la discapacidad una persona con buen proceso de rehabilitación y afecto familiar puede desarrollarse y tener una óptima calidad de vida. De igual manera puede dar esperanzas a las familias, cuando inician este proceso de rehabilitación. Asimismo, si las familias se informan acerca de los aspectos de la discapacidad de su hijo, conocerán los mejores tratamientos a seguir. También será vital, generar políticas de sensibilización a la población en general respecto del tema de la discapacidad y formación en un nivel universitario que permita a los profesionales desde su rama ser sensibles y proactivos frente a esta temática.

En consecuencia, la responsabilidad que queda es grande, es decir la de velar porque los derechos de las personas y los niños con discapacidades no sean vulnerados y puedan desarrollarse en todos los aspectos de su vida.

Amigos… haber descripto esta realidad sumariamente, no es mas que contarles que nuestro sistema legal tiene herramientas para contrarrestar esta problemática cuando se presenta en nuestro entorno. Por ello, esta abogada abocada profundamente a dar difusión de la normativa de esta materia los invita llegando el final de este año 2009 a «EJERCER SUS DERECHOS PORQUE NO CONSTITUYEN MEROS PRIVILEGIOS».

Dra. Silvina Cotignola.

Abogada especializada en Familia, Salud y Discapacidad.

Smlcoti@hotmail.com.ar