El derecho a informarse. Tratado de Marrakech

Amigos… convencida que la supresión de barreras y obstáculos de toda índole, es  la única vía posible para aproximarnos a esa sociedad inclusiva y continente para todos los seres humanos,  es que sigo abogando por la vigencia  e implementación de normativas e instrumentos internacionales que favorezcan este cometido.  Señales concretas vienen vislumbrándose tangiblemente. El pasado 30 de junio del corriente, se llegó a la vigésima ratificación del Tratado de Marrakech mediante el depósito que hiciera Canadá del instrumento correspondiente.  Esto fue el corolario de intensísimos trabajos realizados por las organizaciones de personas con discapacidades, fundamentalmente discapacidades   visuales. Ha sido meridionalmente trascendente tal circunstancia, pues con el depósito de aquel país, se obtuvo las 20 ratificaciones que eran necesarias para que entre en vigor dicho tratado internacional el próximo 30 de septiembre, es  decir, 90 días después de tal ratificación.  Vale soslayar,  que con esto se alcanzaron dos hitos mas que relevantes:  por un lado posibilitar el acceso a la lectura por parte de personas ciegas, con baja visión y demás restricciones que les dificultan la autonomía o independencia para acceder a los textos escritos; y  por el otro, se favorece la producción  en formatos accesibles así como también el intercambio transfronterizo, desde ya, siempre en los formatos accesibles.  En ambos supuestos sin abonar derechos de propiedad intelectual, ni verse obligados a gestionar licencias o autorizaciones a cargo de los autores, escritores o editores.  Es por todo ello, que la entrada en vigencia de este fantástico instrumento internacional “El Tratado  de Marrakech”  se iniciará una nueva etapa en el campo de los derechos de las personas con discapacidad. ¿Por qué?  Pues a partir del 30 de septiembre se estará dando comienzo al proceso de implementación de este acuerdo internacional  entre los 20 estados que encontraron en Marrakech un camino posible para efectivizar los derechos consagrados mayoritariamente por nuestra convención madre,” “La Convención Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad” de Naciones Unidas, tratado de casi 10 años ya de vigencia: 13 de diciembre de 2016.  Ya contamos con el soporte normativo, ahora el desafío por delante será  poner en marcha los mecanismos que garanticen la implementación del fabuloso Tratado de Marrakech, labor ésta en la que deberán tener papel protagónico las organizaciones de personas con discapacidad, las bibliotecas,  las editoriales, autores y fundamentalmente los gobiernos, responsables prioritarios que a través del diseño de políticas publicas inclusivas, hagan plausibles todos estos postulados. Pero de modo concomitante, se deberá seguir trabajando para que el numero de estados partes de Marrakech, sea igual o mas próximo al de los ratificantes de la Convención de Naciones Unidas.  Hasta la fecha, día de hoy, este tratado internacional ha sido aprobado y ratificado por 20 Estados, a saber: Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Chile, Ecuador, El Salvador, Emiratos Árabes Unidos, Guatemala, India, Israel, Mali, México, Mongolia, Paraguay, Perú,  República de Corea, República Democrática de Corea, Singapur  y  Uruguay.  En proceso de ratificación están: Costa Rica, España, Honduras y Panamá.  Y hay ya dos países más a punto de entrar al congreso, Colombia y la República Dominicana. Del mismo modo son cuatro también los estados que se encuentran analizando la adhesión al instrumento,  Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Amigos…. Muy feliz me siento como argentina pues advierto que mi país, trabaja, aunque no tan celeramente como deseara y  se necesita,  en post de construir estos puentes que vayan eliminando las barreras enquistadas, aquellas que no permiten la equiparación e  igualación de todos en las oportunidades. Por eso, aunque hoy podamos celebrar la entrada en vigencia de este tratado internacional, aun quedan millones de personas ciegas, con baja visión y  otras dificultades para acceder a textos impresos, quienes seguirán sin poder ejercer su derecho a la información,  restringiéndoseles todavía, su derecho a la educación y a la cultura. Obviamente hasta que sus respectivos gobiernos no adhieran al presente tratado. No obstante, es indubitable el avance obtenido, pero aun hay mucho camino por recorrer.  De allí, que humildemente desde mi lugar de operadora jurídica invito a todas las partes involucradas a redoblar nuestros esfuerzos para ver mediante acciones concretas este salto cualitativo con el cual ya felizmente contamos en el ámbito jurídico.

Por ello, mas que nunca los vuelvo a invitar a “ejercer sus derechos porque su ejercicio no constituye meros privilegios”

Dra. Silvina Cotignola, abogada especializada en discapacidad y familia. Smlcoti@hotmail.com.ar.