Amigos… un camino que esta tornándose más evidente del que la mayoría imagina, es el que transitan las personas con diversas discapacidades a la hora de procurar la mentada equiparación de oportunidades en el ámbito educativo, laboral, comunitario etc. Cada vez viene escuchándose más hablar de mobbing, concepto que inmediatamente se asocia con el acoso en el marco laboral. Sin embargo no se nos ocurre prima facie hablar de este tipo de fenómenos en ámbitos como los educativos sea el nivel que fuere. Es así, que este tipo de fenómenos encuentra terreno más que fértil en estructuras arcaicas. Se observa en organizaciones de tipo estatal donde generalmente existen distintos grados y niveles de poder en los diferentes estadios de la pirámide organizacional. Pero luego es dificultosa la comunicación entre unos niveles jerárquicos y otros. Uno de los autores mas reconocidos en esta materia ha sido el español Iñaki Piñuel. Según el experto, el mobbing es un fenómeno que tiene raíces comunes con el acoso escolar por un lado y el maltrato de género por el otro. No hace demasiado tiempo que comenzó a tenerse idea de lo que significa esta palabra. A su vez comienza a advertirse que el problema existe pero siempre sosteniéndose que es algo que sucede no en nuestro lugar de trabajo, sino en la empresa u organismo ajeno o distinto al propio. Deviene inútil negarnos que el mobbing existe en casi todas las organizaciones, la gran dificultad es empezar a reconocerlo. Por todo esto, ¿cuales serian los lugares más propicios para que se desencadene este tipo de fenómeno? En principio según Piñuel, serian las administraciones públicas. Es por ello que se define al mobbing como un maltrato continuo, recurrente y sistemático en el tiempo, esto no es ni mas ni menos, que la búsqueda por parte del acosador de que el acosado finalmente termine quebrándose, ergo accediendo a tal acoso. Ahora bien, según informes serios en segundo termino para el ejercicio del mobbing se dan casi paralelamente en el sector educativo y sanitario. Para finalmente encontrarse casos de dicho fenómeno en los medios de comunicación masiva, en el turístico y así sucesivamente en cualquier clase de ámbitos. Según este experto, el mobbing durará lo que aguante cada persona. Sin perjuicio de ello, la media para que la victima de aquél perciba su situación, se da entre los 15 y 18 meses.
Si bien es difícil poder hallarle la génesis a estos fenómenos, la situación de mayor vulnerabilidad laboral, como la que protagonizan muchos colectivos de personas con diversas discapacidades, vienen aumentando por los denominados contratos basuras, por circunstancias tales como una mujer mayor de 50 años que no pueda incorporarse al mercado competitivo del trabajo, así como también el carácter de impunibilidad que poseen algunos funcionarios públicos. Esto significa que el maltrato en el mobbing no viene solo del daño producido al acosado, sino fundamentalmente por la imposibilidad de poder defenderse de tal situación.
Los especialistas en el tema, consideran que prácticamente en todos los países del mundo se da la misma tasa de incidencia. Un hito que preocupa a todos quienes tienen la gestión de políticas publicas, es que este fenómeno no solo produce preocupación por su tangible repercusión sobre la salud mental y emocional del trabajador, sino por la merma en la productividad que tal circunstancia ocasiona a la empresa u organismo. Por todo ello, puedo sostener que desde siempre existieron los riesgos psicosociales, pero los actuales cambios en la dinámica de las relaciones laborativas llegaron para visibilizar aun mas esta clase de conflictos. Ello por cuanto hoy día, existe mayores exigencias cognitivas y emocionales como también respecto a las cargas que conllevan nuestros trabajos, propiciando consecuencias tales como lo es el “acoso laboral”, circunstancia ésta que se potencia mas aún, cuando la trabajadora es una mujer detentadora de alguna clase de discapacidad. El temor a la perdida de su empleo, cargo o puesto, llevan a esforzarse al punto de tolerar conductas típicamente ilícitas mas allá de inmorales. ¿Cómo podría combatirse el fenómeno del mobbing? Primeramente debe trabajarse poniendo foco en muchos ejes. Es decir, abarcando los aspectos personales, sociales y judiciales que puedan afectar al acosado.
Amigos…. Para concluir, y que la columna del día de hoy nos deje un sabor de encausamiento, creo sin miedo a herrar, que el mobbing es ciertamente un infierno, pero que felizmente las victimas de dicho fenómeno cuentan con más ayuda por que este se conoce mucho más, porque fueron surgiendo asociaciones y fundaciones que llegaron no solo para brindarles contención sino ayuda y asistencia legal en muchos casos. Pero fundamentalmente, sí estoy definitivamente convencida que la familia y los amigos, entornos directos del afectado son uno de los íconos mas importantes en este combate. Finalmente , si llegaran a tener la intención, lo que seria mas que saludable, de denunciar tales atrocidades , deberá recopilarse previamente todo tipo de prueba, hasta la mas absurda, todo ello, acompañado de una efectiva terapia psicológica que favorezca a la contención de la manera mas sencilla .
Pero como integrantes de una sociedad, podemos también tomar cartas en este asunto, sensibilizando a la comunidad en su conjunto respecto del avance de esta clase de fenómenos.
Por ello como entiendo que poner fin al flagelo descripto nos involucra a todos como miembros de una misma sociedad, vuelvo a invitarlos a “ejercer sus derechos porque su ejercicio no constituye meros privilegios”
Dra. Silvina Cotignola, abogada especializada en discapacidad y familia .