¿Si tan avanzada es nuestra sociedad, porque por ejemplo, no se ve en un programa de cultura, el testimonio de una profesora de literatura en silla de ruedas o en alguna entrevista de carácter económico, a un experto ciego?
Creo que la emisión o edición de cualquier tipo de mensajes, forman opinión, y esta a su vez, es disparadora de la conciencia social. Por ello, en el «Día del Periodista» procuraré analizar y reflexionar respecto a la situación profesional de quienes además de ejercer dicho rol, conviven con la detentación de alguna discapacidad.
Si bien es evidente que las redes sociales han avanzado sobre los medios de comunicación tradicional (televisión, radio y prensa escrita) en cierta forma, son estos los que aun, siguen marcando el que, y al mismo tiempo, se erigen como los más respetuosos a la hora de abordar la temática de la discapacidad. Son muchos los periodistas con discapacidad de todo el mundo, quienes coinciden en que los medios de comunicación deben seguir siendo los aliados inescindibles para transitar el camino de la mal llamada «Normalización de las Personas con Discapacidad». Cierto es, que esto no resuena como novedoso pero tampoco ha dado los frutos anhelados, pese a los grandes esfuerzos que tanto medios como periodistas con discapacidad vienen haciendo hasta el día de hoy, para procurar informar adecuadamente. El lenguaje per se, no ofende, no existen palabras prohibidas. Sin embargo, hay veces en que se fuerza tanto el lenguaje, que se pierde el sentido de lo que quiere transmitirse y diría también, hasta el sentido común. La prensa se vuelve tan políticamente correcta que se llega a distorsionar la realidad que se pretende mostrar. No todo es lenguaje políticamente correcto, los medios son también publicidad, noticias, programas de entretenimiento, retransmisiones deportivas, entrevistas, etc. Por estas circunstancias narradas me pregunto ¿A cuántas personas con discapacidad vemos naturalmente en esos contextos?, ¿Cuántas personas con discapacidad son protagonistas en los medios ejerciendo de ciudadanos a pie, sin otra etiqueta?, ¿Cómo podrá avanzarse, si los periodistas y los medios siguen repitiendo clichés? Contundentemente entiendo, que seguimos estancados en la dualidad «Héroe/Persona Dependiente».
¿Si tan avanzada es nuestra sociedad, porque por ejemplo, no se ve en un programa de cultura, el testimonio de una profesora de literatura en silla de ruedas o en alguna entrevista de carácter económico, a un experto ciego? Por ello, el gran paso, esto es el salto cualitativo hacia la Normalización, se producirá cuando las personas con discapacidad sean verdaderas y significativamente visibles en cualquier ámbito de la comunicación. En el siglo xxi empezaron a escasear las oportunidades laborales para los periodistas con discapacidad, sin perjuicio a que en las distintas facultades comenzara a incrementarse el número de alumnos de esta carrera.
Tal como resalta la OMS (Organización Mundial de la Salud) la discapacidad se evidencia por las características del individuo y las características de la sociedad donde aquel vive. Vivimos en entornos en los que las personas en silla de ruedas siguen teniendo que acceder a los edificios por la puerta de atrás o por el garaje, por ser los únicos ingresos dotados de rampas. Así pues, no tengo duda alguna, que aún falta desarrollar acciones que propicien la accesibilidad universal, la educación inclusiva y laboral, y la igualdad de oportunidades.
A nadie escapa que los medios de comunicación social tienen un rol esencial en el desarrollo de las personas y de las instituciones que integran nuestra sociedad. Por tanto, instalar la temática de la discapacidad como una más de las aristas sociales, permitirá desterrar los prejuicios y preconceptos subyacentes, teniendo por norte los principios emanados de los derechos humanos, la equiparación de las oportunidades y la inclusión social de todas las personas.
Por ello, la producción de contenidos adecuados respecto a la discapacidad y sus circunstancias en los medios de comunicación, contribuirá indubitablemente a la plena integración del colectivo, y por tanto favorecerá a la toma de conciencia y sustancialmente al respeto exegético de cualquier diferencia.
Así pues, cada comunicador debe ser absolutamente consiente, que los mensajes que difunde influye en la conformación de la idea que tienen las personas sobre la realidad. Tengo total convicción, que si los periodistas se capacitan en este tipo de temáticas, podría reflejarse mejor cada uno de estos aspectos, y de ese modo, poder transmitirlos con mayor precisión, borrando en consecuencia los mitos que subyacen en el inconsciente comunitario. La mayoría de las personas con discapacidad llevan una vida como la de cualquier otro ser humano.
Trabajan, pierden el trabajo, buscan otro, se enamoran, se casan, viajan, van al teatro o al cine, votan a sus representantes, practican deportes, ven series, etc. No obstante ello, es frecuente que aparezcan en la prensa, con descripciones basadas generalmente en dichos prejuicios equívocos. Por ello, las guías y manuales que existen en esta materia, afirman que los medios deben trasladar una imagen de dignidad plena de las personas con discapacidad, ya que si se las ve o se las presenta como niños dependientes, será muy difícil que dejen de serlo para el conjunto de la sociedad.
En otro orden de ideas, la formación superior, es clave para el logro de la plena inclusión y el empleo. La educación académica online, se está convirtiendo en una buena opción para lograr tal cometido. Al día de hoy, el perfil de las personas con discapacidad que prestan servicio en el sector de la comunicación, más allá de ser muy limitada su inserción, se acota a ciertas clases de diversidades, no a todas.
Por ende al faltar formación profesional, no surgen las oportunidades laborales. Atento a ello, hay un reto que perseguir, que las personas con discapacidad puedan formarse ya que el nivel de estudios es un factor determinante cuando se habla de la incorporación al mercado laboral competitivo. En síntesis, a mayor nivel, mayores oportunidades. Para que esto no quede en una mera declaración de deseos, habrá que proporcionar alternativas para que las PCD puedan acceder a materiales así como también, contar con la adecuación de los exámenes según el tipo de discapacidad. Dentro de las dificultades típicas que encuentra un estudiante de periodismo con discapacidad se halla la falta de accesibilidad física, tecnológica, etc. Como se advierte el empleo es el principal vehículo para la inclusión social, siendo uno de los pilares fundamentales, el acceso eficiente a la formación profesional. Teniendo la Argentina instrumentos internacionales con jerarquía constitucional, estos tópicos debieran ser absolutamente tangibles.
Por ello, los vuelvo a invitar a que «Ejerzan sus Derechos porque su Ejercicio no constituye meros Privilegios». ¡Feliz Día del Periodista para todos!
Silvina Cotignola / Abogada especializada en discapacidad, salud y familia / smlcoti@hotmail.com