Hacia su neutralización a través de la biotecnología.

Amigos… he decidido comentarles acerca de avances que sin duda alguna dan lugar muchas veces a polémicas enfervorecidas. Ustedes se preguntarán qué tiene que ver ésta con la discapacidad. En principio debemos saber ¿qué es la biotecnología? Es un saber multidisciplinario. Consiste en la aplicación tecnológica que utiliza sistemas biológicos y organismos vivos aplicados con el fin de modificar productos o procesos ya existentes. Usualmente se viene utilizando en las ramas de la alimentación y de la salud, pues en ellas comenzaron a verse resultados impactantes, lo que nos permite inferir, en la proyección de las investigaciones actuales, que en un corto plazo será posible valerse de la biotecnología para combatir distintas enfermedades y muchas discapacidades.

Desde antaño la humanidad busca por los medios a su alcance mejorar las condiciones de su existencia, luchando en detrimento de enfermedades de todo tipo, y simultáneamente ambiciona prolongar la vida. Como indica su nombre, se trata de la tecnología basada en la biología. Pero en ella intervienen otras disciplinas, tales como bioquímica, genética, virología, agronomía, ingeniería, física, química, medicina y veterinaria, etc. Las primeras experiencias en este campo respecto de la salud fueron las vacunas, cuyo impulsor fue el médico inglés Edward Jenner (1749-1823), quien descubrió la vacuna antivariólica, primer paso para terminar con la viruela, epidémica por entonces, la que fuera erradicada hacia 1980. Según el convenio sobre diversidad biológica de 1992, se define a la biotecnología como «toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos». Ahora bien, cabe preguntarse ¿cómo aumentar la producción de alimentos sin que ello continúe dañando al medioambiente? Es decir, ¿cómo alimentar a un número creciente de personas sin arrasar con la biodiversidad natural? No hay duda entonces que la biotecnología aparece como una solución tangible, como alternativa a la deforestación y a la extinción de animales y plantas. Ejemplo de ello sería que la modificación genética de algunos granos permita incorporar ácido docosahexanoico, que es un ácido graso tipo omega-3 que solo se encuentra en peces, y que nuestro cuerpo es incapaz de sintetizar. Este resulta vital para el desarrollo del cerebro y de la visión, como así también ayuda a disminuir el riesgo coronario, la diabetes de tipo 2, el alzheimer y el asma, entre otras enfermedades. Como el mismo se incluiría en los vegetales, permitiría que un mayor número de personas accedan a sus beneficios. En otros casos incrementa el valor de algunos nutrientes presentes por ejemplo en tomates, maíz y otros, o bien le agrega componentes vitamínicos que mejora la calidad del producto redundando en una mejor calidad sanitaria. Claro es que la mayor parte de estos desarrollos se halla en etapa de investigación, aunque algunos de ellos se esté utilizando hoy día.

Por otro lado, el uso de transgénicos resistentes a plagas, malas condiciones climáticas, pobreza del suelo y otras condiciones adversas se vienen implementando desde hace algunas décadas, sobre todo en soja, trigo y maíz, lo que permite una mayor productividad de los alimentos. Los defensores a ultranza de las asociaciones transgénicas aseguran que en el corto plazo la utilización de estas técnicas en la alimentación serán capaces de terminar o, al menos, disminuir el flagelo de la desnutrición (cerca de 900 millones de personas en el mundo la padecen), siendo ésta una de las principales causas que lleva a la discapacidad y muerte prematura.
Mas impactantes son los logros alcanzados en materia de salud. Las técnicas aplicadas a la investigación del ADN permiten un diagnóstico mucho más preciso de la presencia de enfermedades infecciosas, genéticas y hereditarias. A través de la secuenciación del ADN, esto es, el orden en que se hallan los nucleótidos A, C, G y T, mediante técnicas depuradas y aparatos, se pueden detectar celeramente y con seguridad alteraciones en el ordenamiento y en la composición del ADN y ARN. Esto favorece la detección de mutaciones genéticas, como el diagnóstico de enfermedades o de infecciones. Se utiliza habitualmente para la detección de elementos patógenos en alimentos, determinación de la  paternidad y otros usos forenses, etc. Éstas y otras técnicas permiten realizar estudios incruentos para anticiparse a los posibles problemas genéticos (análisis parentales) o para su detección temprana, lo que hace, en muchas ocasiones, que se puedan tomar medidas terapéuticas hasta en la gestación, mejorando las expectativas a futuro y, en especial, la asimilación de determinadas contingencias.
Por otro lado, es sabido que los antibióticos tradicionales generan cepas resistentes entre los microorganismos, lo que conlleva la pérdida de su efectividad. Llega así la biotecnología para permitir que en la actualidad se desarrollen nuevas medicaciones y, al mismo tiempo, favorecer la producción de las ya existentes. ¿Cómo se logra esto? Mediante la introducción de mayor cantidad de genes que provocan la proliferación de enzimas y hacen que los cultivos sean más productivos. En el campo de vacunas y fármacos, las aplicaciones biotecnológicas aportan nuevas perspectivas. En ese sentido, las vacunas obtenidas de proteínas recombinantes, en lugar de inocular el elemento patógeno atenuado, permite que el propio cuerpo humano se inmunice ante él. ¿Cómo se realiza este procedimiento? Introduciendo las enzimas que activan un determinado gen en el organismo, que al combinarse con el resto provoca la inmunidad ante determinados agentes patógenos. Respecto de los fármacos, los cultivos se realizan en tres sistemas: bacterias, levaduras y en células de mamíferos. Existe ya una primera experiencia positiva en Argentina en la producción de la hormona del crecimiento humano a través de la primera vaca transgénica, cuya leche porta dicha hormona. Entre los que se producen a partir de los tres sistemas, el caso más destacado es la utilización de E. Coli para la producción de insulina, pero también se obtienen por este procedimiento anticoagulantes, hormonas de diversa clase, anticuerpos, etc. Pues entonces, uno de los ámbitos en los cuales la biotecnología está arrojando formidables resultados es en el tratamiento de enfermedades y discapacidades, siendo una de las mayores esperanzas la posibilidad de prevenir y revertir deficiencias genéticas. En tal sentido, sostienen los expertos que en un futuro próximo se podrían solucionar trisomías, monosomías y otros desordenes genéticos.

Pero mientras ello ocurre, existen diversas áreas en las que sí se ha avanzado mucho más. Entre ellas: la terapia génica, aunque aun se encuentra en una etapa experimental, se apunta a reemplazar aquellos genes anormales por otros normales, a la reparación de estos últimos o bien alterar su expresión. Esto se efectúa mediante la utilización de moléculas de ADN recombinante, es decir, aquellas que no portan el defecto para que se combinen con los genes defectuosos, sustituyendo o alterándolos de manera de poder alcanzar la cura o, en su caso, algunas mejoras. Hasta la fecha, viene experimentándose con seres humanos pero con riesgos para su vida. Otra técnica resonante de estos tiempos es la terapia con células madre. Ella se basa en la existencia de células indiferenciadas en el ser humano, esto es, que no tienen una función específica, como por ejemplo, las epiteliales, las neuronas, etc., y que son por ende capaces de adaptarse a la función que el organismo requiera. Las investigaciones actuales se orientan a hacerlas crecer en el laboratorio y guiarlas hacia aquellas del tipo deseado, para luego implantarlas en el organismo con el fin de sustituir a aquellas que presentan patología. En teoría, ello supone que son una fuente renovable de células y tejidos que permitiría tratar muchísimas enfermedades. Otra rama de la biotecnología es la fundada en la Nanotecnología, basada en la manipulación molecular y de estructuras a una escala realmente muy pequeña (la milésima parte de un milímetro). La experiencia en nanomedicina se orienta a la aplicación de distintas sustancias o partículas en las zonas afectadas por alguna patología. Por ejemplo, respecto del cáncer, se utilizan nanoproyectiles que atacan solamente a las células neoplásicas. También se desarrollan investigaciones para que algunos medicamentos puedan llegar con precisión y en cantidades más concentradas adonde más se necesita. Ello permitirá una sensible disminución en los efectos secundarios que causan muchos medicamentos actualmente al viajar por todo el organismo.
Pero si bien estas prácticas ganan cada vez más terreno en la consideración científica, generan al mismo tiempo recelo de claustros académicos. Uno de los aspectos más criticados es el de los cultivos transgénicos por los problemas denunciados de los pesticidas asociados a ellos que atentan contra la biodiversidad, al destruir plantas autóctonas y animales, y fundamentalmente por el riesgo de envenenamiento directo por su aspiración por seres humanos, contaminación de las aguas, etc. Esta preocupación es extensiva a los cambios ambientales que la generalización de estas prácticas puede producir.

Como conclusión se puede inferir que la biotecnología aplicada a las personas implica la necesidad de resolver una serie de cuestiones éticas, principalmente, la complejidad que se plantea respecto del grado de certeza acerca de la discapacidad grave de un neonato en cuanto a continuar o no con el embarazo. En este sentido, se ha planteado en España y otros países que la disminución de los casos de síndrome de down se ha producido atento a la evidencia en los diagnósticos prenatales que ha llevado al incremento de las prácticas abortivas. Asimismo, las técnicas de fertilización asistida que implican la producción de un cierto número de embriones para luego insertar en el útero el más viable genera polémicas sobre qué hacer con los embriones que se descartan, al tiempo que reaviva las viejas cuestiones eugenésicas ante la posibilidad a futuro de poder programar las características de un niño por nacer, eliminando las formas indeseadas de aleatoriedad genética, aun cuando estas no conlleven enfermedades ni discapacidades. Por ultimo, la clonación, es la más espectacular de las derivaciones de la biotecnología, que hasta ahora ha producido animales idénticos, pero que amenaza desde hace tiempo con extenderse a la réplica de seres humanos. Y finalmente, algo que filosóficamente debiéramos desterrar todos es la malversación de los conocimientos de esta disciplina utilizados para generar daño, como son las armas biológicas, que se han empleado en distintos escenarios bélicos.
Amigos… luego de este somero análisis puedo soslayar que más allá de los criterios éticos, morales y hasta religiosos, la biotecnología llega para poner a nuestra disposición una gama de posibilidades que neutralizarían tanto enfermedades como discapacidades. Seguramente en un tiempo cercano, las enfermedades genéticas, autoinmunes, hereditarias, muy posiblemente no solo serán detectables precozmente, sino que es altamente factible que muchas de las patologías que hoy día llevan a la morbilidad puedan prevenirse y hasta revertirse. Es por ello que se debiera bregar por la correcta aplicación de tales tecnologías que prometen dar un salto cualitativo respecto de la calidad de la vida humana. En síntesis la biotecnología es una disciplina de aplicación actual y con un potencial futuro inconmensurable. ¡Vamos por más!

Por ello sigo invitándolos a “EJERCER SUS DERECHOS PORQUE SU EJERCICIO NO CONSTITUYE MEROS PRIVILEGIOS”.

DRA. SILVINA COTIGNOLA, ABOGADA ESPECIALIZADA EN DISCAPACIDAD, SALUD Y FAMILIA.

smlcoti@hotmail.com.ar