Es frecuente que este tipo de retinopatía no presente síntomas, hasta que el daño llegue a los ojos, y allí, ya es grave. Los síntomas son visión borrosa y pérdida lenta de la visión con el trascurso del tiempo, sombras o áreas de visión perdidas, dificultad para ver en la noche.
Todos los 14 de Noviembre se conmemora mundialmente el «Día de la diabetes» Este día fue introducido por la Federación Internacional de Diabetes y la Organización Mundial de la Salud por el preocupante aumento por la incidencia de la enfermedad alrededor del planeta. Desde allí, su propósito ha sido y sigue siendo, dar a conocer las causas, los síntomas, el tratamiento como así también, las complicaciones asociadas a la enfermedad.
Alrededor del 80% de los casos de ceguera en la Argentina, se presentan en personas mayores de 50 años, siendo la mayor patología en cuanto a su prevalencia, la catarata seguida de la retinopatía diabética y el glaucoma. Según la OMS a nivel mundial hay más de 1300 millones de individuos que conviven con alguna deficiencia visual cuyas principales causas son los errores de refracción no corregidos y las cataratas.
Es importante señalar que la diabetes es una patología que puede dañar los ojos, causando inconvenientes a los pequeños vasos sanguíneos de la retina (la parte posterior del ojo) lo que se conoce como retinopatía diabética. La retina transforma la luz y las imágenes que ingresan por los ojos, convirtiéndolas en señales nerviosas que luego son enviadas al cerebro.
En la retinopatía diabética existen dos etapas: a- La no proliferativa que es la que se presenta primero, y b- La proliferativa es más grave y avanzada. Pero además pueden producirse otras complicaciones tales como: cataratas (opacidad del cristalino), glaucoma (aumento de la presión en los ojos), edema macular (visión borrosa, debido a que se filtra liquido hacia el área de la retina que suministra la visión aguda central).
Es frecuente que este tipo de retinopatía no presente síntomas, hasta que el daño llegue a los ojos, y allí, ya es grave. Los síntomas son visión borrosa y pérdida lenta de la visión con el trascurso del tiempo, sombras o áreas de visión perdidas, dificultad para ver en la noche.
Ahora bien, el oftalmólogo puede diagnosticar este tipo de retinopatía mediante un procedimiento que consiste en dilatar las pupilas con gotas para luego poder examinar cuidadosamente la retina. También puede valerse de una fotografía de la retina o angiografía con fluoresceína. Por esto, es importante acudir habitualmente al médico ya que es posible que la persona no advierta que existe daño en sus ojos, y cuando sí lo advierte, la visión esta comprometida y ya sea muy grave.
Es posible que las personas que posean formas tempranas de la retinopatía diabética no necesiten de tratamientos. Sin perjuicio de ello, un medico oftalmólogo debidamente entrenado en esta patología, deberá hacer un seguimiento cuidadoso del paciente. Así pues, cuando el galeno notase que están proliferando nuevos vasos sanguíneos en la retina (neovascularizacion) o que se está desarrollando edema macular, es probable que se requiera de tratamiento.
Varios procedimientos o cirugías, suelen ser la terapéutica principal. Según los expertos, la cirugía del ojo con láser, crea pequeñas quemaduras en la retina donde hay vasos sanguíneos anormales. Este proceso se denomina «Fotocoagulación» y se usa para impedir que los vasos presenten filtración o bien para eliminar vasos anormales. También puede utilizarse, otro procedimiento quirúrgico llamado «Vitrectomía» y se usa cuando hay sangrado (hemorragia) en el ojo. Del mismo modo, pueden usarse fármacos que impiden la proliferación de vasos sanguíneos anormales. Si bien cualquiera de las terapéuticas existentes pueden reducir la pérdida de la visión, al día de hoy, no curan la retinopatía diabética, ni tampoco pueden contrarrestar los cambios que ya se hubieren producido.
No obstante lo descripto, puede afirmarse que el control estricto de la glucemia, la presión arterial, y el colesterol son más que importantes para poder prevenir este tipo de retinopatía.
Atento lo narrado, cuando esta enfermedad se presenta, es usual valerse de un valioso dispositivo que es «El Bastón Verde» que no es más que el símbolo que identifica que una persona posee «baja visión». Esta ayuda técnica, se encuentra regulada por la ley 25.682/2002, siendo su cobertura obligatoria por parte de los distintos efectores sanitarios (obras sociales y empresas de medicina prepaga).
Según la OMS, la baja visión es la pérdida de agudeza visual y/o campo visual que incapacita para la convencional realización de las actividades esenciales de la vida cotidiana, como por ejemplo leer y escribir, movilizarse por la vía pública de manera autónoma, etc. Para ello, la agudeza visual tendrá que ser igual o inferior a 0.3 (30 %de visión) y el campo visual igual o menor a 20 grados. Es por tanto que, si alguno de estos parámetros estuvieren presentes, es conveniente gestionar el Certificado Único de Discapacidad «CUD», pues con su posesión podrá accederse al conjunto de beneficios y estímulos que la ley 24.901 prevé para su titular.
En síntesis, todos aquellos que padezcan retinopatía diabética, ergo baja visión, deben permanentemente explicar que no son personas ciegas pero tampoco se tiene una visión normal. Es por ello que resulta imprescindible que la sociedad entienda qué es la retinopatía diabética y su correlativa baja visión que ineludiblemente acarrea.
Por todo ello, y como siempre vuelvo a invitarlos a que «Ejerzan sus Derechos porque su Ejercicio no constituye meros Privilegios».
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Dra. Silvina Cotignola / Abogada especializada en discapacidad, salud y familia / smlcoti@hotmail.com