TRASTORNOS DE ANSIEDAD. PSICOPATOLOGÍAS ACTUALES

Amigos… es usual la importancia en la desestigmatización de conceptos arraigados en el inconsciente social. Muchas veces se trata de determinadas patologías que si bien provocan severos trastornos a quienes los detentan, no siempre configuran discapacidad en términos de la obtención del aludido CUD, Certificado Único de Discapacidad.

En la actualidad se advierte el predominio de formas intermedias de catalogar las patologías mentales y son los llamados trastornos de personalidad, patologías modernas o de acción. Ahora bien, haciendo un poco de historia se puede soslayar que hasta mediados del siglo pasado predominaban los cuadros psiquiátricos y psicológicos más puros como la neurosis o la psicosis. Sin embargo, se evidencia en la actualidad  patologías típicas y frecuentes tales como los cuadros de adicciones, trastornos de alimentación, etc. Y es que, más allá de todos los avances que desarrollan las nuevas técnicas psicoterapéuticas, y no obstante la revolución farmacológica que arrancó a partir de la década de 1960, según las tendencias manifestadas por los organismos internacionales de salud, la prevalencia de trastornos mentales cada vez aumenta más a nivel global o universal. La aparición de la psicopatología llego para cambiar el abordaje de las mismas, promoviendo el advenimiento de nuevas teorías y técnicas de psicoterapia. Esto significa  que, no sólo varió el paciente ambulatorio, sino también los sistemas asistenciales para la atención de pacientes graves. Cuando surgieron los psicofármacos se promovió la conformación de recursos institucionales mucho más abiertos, internaciones mucho más breves y una relación terapéutica mucho más próxima. Consecuentemente con lo antedicho, lo importante no solo es la resolución del problema sino fundamentalmente conocer la etiología de tales causas, según el prisma de la escuela desde donde se las interprete. Es por ello que deviene indispensable integrar las tres lecturas básicas del problema; ideológica, social y psicológica.

El concepto de neurosis es muy antiguo, data del 1700, quien más lo trabajó fue Freud. Pero, es a partir de 1980, con la aparición del manual de diagnóstico de la asociación norteamericana de psiquiatría (DSM) y de la organización mundial de la salud (OMS) es que surgen los diferentes conceptos de neurosis de los que luego se desmembran los conocidos trastornos de ansiedad. Entre ellos se encuentran: las fobias (ya sean específicas o sociales); las obsesiones (que en diagnóstico son trastornos obsesivos compulsivos); los famosos, frecuentes ataques de pánico; los trastornos de ansiedad generalizados, que también son muy frecuentes; y el otro gran cuadro dentro de los trastornos de ansiedad, que son los trastornos por estrés postraumáticos. Si bien se los viene estudiando mucho, es absolutamente cierto que se avanzó en sus tratamientos. Para que existan deben darse ciertas condiciones: 1) Que haya una exposición a una situación traumática y agresiva concreta, tales como  una violación o  robo. 2) Reditar o re experimentar persistentemente esa situación, no constituyéndose solo como un recuerdo sino que requiere ser vivenciado intensamente generándole a quien lo padece en consecuencia un importante nivel de ansiedad. 3) embotamiento afectivo y de  la realidad, es decir pacientes que comienzan a alejarse de sus vínculos interpersonales. Cabe señalar que estos cuadros no son tan graves dentro del mundo de la psiquiatría pero si debe mencionarse que son sumamente invalidantes por ser los más rebeldes a la hora de su tratamiento.

En realidad se trata de patologías y trastornos de fácil resolución, mediante tratamientos breves, estructurados, de buen pronóstico, donde en 4 o 6 meses el 80 por ciento de los pacientes logra su estabilización. Sin embargo, son de difícil identificación. Por lo general suelen somatizarse siendo lo común que el paciente empiece pidiendo asistencia médica. Dentro de los cuales los más característicos son los síntomas  cardiorrespiratorios como son las palpitaciones, la falta de aire, la opresión torácica, mareos, vértigo, etc. si bien no son patologías graves, son limitantes. Pero debiera quedarnos perfectamente aclarado, que el padecimiento de la ansiedad no siempre es patológica. Esta se desencadena por una situación de incertidumbre como por ejemplo cuando debemos tomar decisiones bajo presión, y esa toma de decisión equivale siempre a resultados muy distintos. Amigos… entonces, si aun contando con mejores recursos, y si a pesar de eso no se logra disminuir la prevalencia e incidencia de tales trastornos, debemos ponernos a pensar…  ¿qué nos está pasando con lo social y los estilos de vida? ¿Cuál es la cuestión que propicia la aparición de la mayor prevalencia e índices de los trastornos mentales y el advenimiento de estas nuevas patologías? Es cierto, que las presiones de la vida cotidiana actual hacen que la mayoría de los individuos padezcan situaciones traumáticas. Lo difícil es saber cuándo es oportuno acudir al auxilio de tratamientos. Por todo esto, entiendo que debemos cuidarnos de medicalizar o patologizar los conflictos humanos. No darles solo una mirada subjetiva e individual al problema. Pero lo que sí es, verdaderamente importante, algo absolutamente olvidado o postergado tanto por la medicina, psiquiatría, y psicoterapia, es poner el acento en las “capacidades de la persona”. De este modo el diagnóstico no es solo uno, sino que se agrega un eje más que está concentrado en cuáles son las capacidades de esa persona, o sea que no solamente el diagnóstico o la receta, el instrumento terapéutico, estén puestos en la falta  o la carencia o en la enfermedad de esa persona; sino también en sus capacidades y sus habilidades.

Por todo ello, más que nunca vuelvo a invitarlos a “ejercer sus derechos porque su ejercicio no constituye meros privilegios”.

Dra. Silvina Cotignola, abogada especializada en discapacidad y familia. smlccoti@ciudad.com.ar